El presidente, José Raúl Mulino anunció vuelos de deportación durante su toma de posesión
Como lo había prometido el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, el país inició el refuerzo en el control migratorio en el Tapón del Darién. Las autoridades cerraron tres pasos con barreras perimetrales para canalizar el flujo hacia Bajo Chiquito. Esto se suma al acuerdo con Estados Unidos en el que este se compromete a asumir los gastos de repatriación de migrantes que entren ilegalmente por allí.
Es poco probable que un acuerdo entre Panamá y Estados Unidos para tratar de disuadir a los migrantes de cruzar la traicionera selva del Darién, repatriando a aquellos que ingresen ilegalmente al país centroamericano, tenga éxito y, por el contrario, podría hacer que los viajes sean aún más peligrosos.
Analistas dijeron que el plan anunciado el lunes, en el que Washington acordó cubrir el costo de la repatriación de migrantes, tendría dificultades ante la gran cantidad de personas que actualmente cruzan Panamá.
Cualquier éxito en reducir el número de personas que atraviesan el Darién probablemente sólo resultaría en aumentos en otras zonas, tal vez en condiciones aún más peligrosas, agregaron. La presidencia de Panamá, el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
El año pasado, un récord de 520.000 migrantes cruzaron el Darién, una intrincada selva que divide Panamá de Colombia, donde las personas que caminan a pie durante días a menudo enfrentan robos, violencia, trata de personas y abuso sexual, además de las inclemencias del clima hostil.
En los últimos años, la mayoría de los migrantes han provenido de Venezuela y otros países sudamericanos, como Ecuador, que enfrentan conflictos internos. También ha habido un número cada vez mayor de personas China, Afganistán y otras naciones.
La gran mayoría, sostienen las autoridades, intentaban llegar a Estados Unidos. Las cifras récord han llevado a las autoridades panameñas a buscar ayuda internacional y reforzar la seguridad fronteriza, aunque los números han seguido aumentando.
La migración es un tema electoral central antes de las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, y el presidente Joe Biden está ansioso por mostrar a los votantes que puede controlar los cruces ilegales en la frontera con México.