Con más de ocho horas de retraso, Bernardo Arévalo y Karin Herrera juraron la madrugada de este lunes 15 de enero como presidente y vicepresidenta de Guatemala para el periodo 2024-2028, luego de haber sorteado una serie de obstáculos judiciales planteados desde que pasaron a segunda vuelta en las elecciones generales de junio de 2023.
Al ritmo de la melodía “Primavera”, del violinista Antonio Vivaldi, Arévalo ingresó a la Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, donde finalmente fue juramentado como presidente constitucional de la República de Guatemala por los diputados que integran la X Legislatura.
“Sí, juro”, dijo con la mano izquierda en la Constitución y la derecha alzada, al ser investido por el presidente del nuevo Congreso, Samuel Pérez Álvarez, miembro de su partido, el Movimiento Semilla.
En su primer discurso como presidente de Guatemala, Arévalo dijo que marcaron un hito para demostrar que hay la democracia de Guatemala tiene la fortaleza necesaria para resistir y señaló que, con voluntad se puede transformar el panorama político del país.
“Representa un paso firme hacia un futuro donde la participación ciudadana y el cambio positivo prevalezcan”, dijo Arévalo, quien instó a trabajar en unidad.
“Durante estos últimos meses nos hemos enfrentado a complejas tensiones y desafíos que llevaron a muchos a pensar que estábamos destinados a un retroceso al autoritarismo”, dijo el mandatario.
Dijo que el pueblo de Guatemala demostró sabiduría y destacó el trabajo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la Corte de Constitucionalidad (CC) para “garantizar el derecho de los guatemaltecos de vivir en democracia”
Además, destacó que el apoyo de la comunidad internacional ha sido fundamental para llegar al lugar en donde se encuentra. “No permitiremos que nuestras instituciones se dobleguen otra vez ante la corrupción y la impunidad”, reiteró el mandatario.
Una airada sesión parlamentaria que comenzó varias horas después de lo previsto retrasó la investidura como nuevo presidente de Guatemala de Arévalo, que, según la Constitución Política de la República, debía haber tomado posesión del cargo a las 16 horas.
En varias ocasiones a lo largo de este domingo el Congreso fue escenario de momentos de tensión y agrias discusiones que motivaron primero el aplazamiento de la clausura de la legislatura 2020-2024 y posteriormente la entrega de las credenciales a los 160 nuevos parlamentarios.
Como consecuencia del aplazamiento de la ceremonia, algunos de los mandatarios que viajaron a Guatemala para asistir al traspaso de mando entre Alejandro Giammattei y Bernardo Arévalo se vieron obligados a marcharse, como en el caso del chileno Gabriel Boric, quien explicó que debió viajar de regreso debido a compromisos contraídos previamente para el lunes.
Giammattei no acude al Congreso
El presidente saliente, Alejandro Giammattei, no se presentó personalmente el domingo para entregar su cargo al Congreso y lo hizo mediante su secretaria, al argumentar que debía entregar su puesto a más tardar a la media noche del 14 de enero. El vicepresidente Guillermo Castillo si acudió a la ceremonia de cambio de mando.
Giammattei envió a su secretaria personal a entregar la banda presidencial al Congreso, según confirmaron varias fuentes, y de igual forma expresó que no estaría en la investidura del nuevo gobernante.
“Ante el riesgo de llegar a media noche sin iniciar los actos protocolarios, en este momento hice entrega de los símbolos de la Presidencia al Congreso de Guatemala”, puntualizó el presidente saliente mediante sus canales oficiales de comunicación.
Giammattei hizo una entrega final de su informe final del Gobierno el pasado viernes, pese a que desde que se instauró la democracia en 1986 todos los presidentes que se despiden han asistido el 14 de enero al Congreso para ser relevados.
La llegada de Giammattei al Parlamento era uno de los puntos de agenda en la ceremonia de este domingo, donde fueron juramentados los 160 nuevos diputados para el período 2024-2028.