A partir de hoy, ninguna tienda o comercio de Panamá deberá entregar mercancía dentro de las comunes bolsas plásticas de polietileno, según estableció la Ley 1 de 19 de enero de 2018, aprobada por la Asamblea Nacional y sancionada por el órgano Ejecutivo.
La ley otorgó un plazo de 18 meses a las empresas nacionales, para que se adapten a la nueva normativa, toda vez que la medida lo que busca es luchar contra la contaminación ambiental que producen las bolsas de material plásticos hechas de polietileno.
Supermercados, farmacias y minoristas deben dejar de usar las tradicionales bolsas plásticas de polietileno, mientras que los almacenes mayoristas aún tendrán hasta 2020 para adecuarse a la norma aprobada en 2018.
La nueva norma supone multas por incumplimiento pero también permite el uso de bolsas plásticas por cuestiones de asepsia para alimentos crudos o insumos húmedos.
Algunas empresas ya están usando alternativas al polietileno como las bolsas hidrosolubles.
Otro buen sustituto, podrían ser bolsas hechas de yute. O bolsas reutilizables, llevadas por el propio consumidor, al momento de hacer sus compras.
Sin embargo, los costos de las nuevas bolsas es mucho mayor y se espera un impacto en esa industria con efectos en los empleos y las importaciones.
Primero en Centroamérica
Panamá se convirtió así en el primer país de Centroamérica en prohibir las bolsas de plástico de un solo uso para tratar de detener el daño ecológico en sus playas.
Las Naciones Unidas ha identificado el uso de plásticos como uno de los mayores desafíos ambientales del planeta.
Panamá se une así a los más de 60 países que han prohibido -total o parcialmente- las bolsas de plástico que contienen polietileno, incluyendo a Chile y Colombia en la región.
Costa Rica seguiría los pasos panameños ya que existe una normativa que se aplicaría a partir del 2021. Mientras en El Salvador existe una propuesta legislativa.
Anualmente se consumen en el mundo 5 billones de bolsas plásticas, según datos de la ONU, uno de los contaminantes más perjudiciales para el medio ambiente.
Más de la cuarta parte de los océanos están contaminados con bolsas que pueden tardar hasta cuatro siglos en descomponerse.