El Fondo Monetario Internacional pintó un sombrío panorama de dificultades económicas provocadas por tasas de interés más altas, desastres climáticos y la pandemia de covid-19, e instó a los líderes a centrarse en reducir la inflación y asegurar que los países pobres reciban el financiamiento que necesitar.
“Nuestro mundo está más propenso a sufrir impactos”, dijo el jueves la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en una conferencia en Washington. “El pronóstico a mediano plazo es el más débil en décadas, la inflación subyacente ha resultado persistente —como ya saben—, los niveles de deuda se encuentran cerca de máximos récord y la política de tasas de interés altas durante más tiempo está haciendo que su el pago sea más difícil, mientras exponen las vulnerabilidades en el sector inmobiliario y otros ámbitos”.
Georgieva dijo que el desafío de los encargados de política monetaria será reducir la inflación, pero al mismo tiempo mantener el crecimiento y la estabilidad. Afirmó que el conflicto entre Israel y Hamás y la invasión rusa a Ucrania no han hecho más que añadir nueva incertidumbre y riesgo.
“La política monetaria debe seguir centrándose en reducir la inflación”, dijo Georgieva. “Es el rumbo correcto, pero existe el riesgo de que las economías avanzadas puedan contagiar a las emergentes y que surjan desafíos para la estabilidad financiera”.
En su último informe económico regional publicado antes de que estallara la guerra en Gaza, el FMI proyectó que las economías de todo el Medio Oriente y el norte de África se expandirían a un ritmo más lento, de un 2%, frente a su pronóstico anterior. de un 3,1%. Georgieva reiteró la proyección del FMI de que el crecimiento global se desaceleraría en 2023 y se mantendría en alrededor de un 3% en los próximos cinco años.
El mes pasado, el Fondo elevó sus pronósticos de inflación global para el próximo año a casi un 6% e instó a los bancos centrales a mantener políticas monetarias estrictas hasta que haya un alivio duradero de las presiones sobre los precios.