- Atribuye su éxito a su pasión por la tierra, sus sueños y la fe en sus proyectos de vida
Don Gustavo Ferrera Quiroz comenzó a cultivar la piña, confiando que el exquisito fruto le daría a él y a toda su familia lo necesario para el sustento diario en su natal aldea “La Guama”, en Santa Cruz de Yojoa, Cortés.
Aunque no tenía estudios superiores, le sobraba pasión por la tierra, sueños y un viejo pick up con más de 25 años de uso. Desde niño fue un apasionado de la agricultura, pues creció escuchando los consejos de los campesinos de la zona y un día decidió rentar una pequeña parcela para sembrar piña, yuca y camote.
Sus primeras cosechas fueron fiel reflejo del cuidado y esmero con el que emprendió su vida como productor. La limpieza permanente de su parcela y calidad de las piñas se convirtieron rápidamente en su principal carta de presentación.
Su producto comenzó a ganar fama, al grado que diversos compradores llegaban hasta la aldea “La Guama” para adquirirlo antes de que él lo llevara a los mercados de San Pedro Sula. Esa demanda creciente lo obligó a rentar más parcelas para multiplicar las zonas de cultivo.
En ese momento su negocio comienza a enfrentar dificultades económicas, ya que, pese a la creciente demanda de piña, a diario tenía que lidiar con los intermediarios, quienes no le garantizaban un mercado seguro y precios justos por su producto.
Tierra Fértil
En 2019, cuando se planteaba la posibilidad de dejar de cultivar piña para dedicarse al sector transporte, don Gustavo decidió indagar sobre el programa “Tierra Fértil”, a través del cual Walmart brinda asistencia técnica para mejorar las técnicas de cultivo, avanzar hacia la agricultura inteligente y sostenible y tener acceso a mercados seguros con precios justos.
En 2022, el 81% de las frutas y verduras que se ofrecieron en las más de 110 tiendas de los formatos Walmart, supermercados Paiz, Maxi Despensa y Despensa Familiar, fueron compradas a los 158 proveedores locales beneficiados por “Tierra Fértil”, con compras superiores a los 480 millones de lempiras. Estos productores ayudaron a mejorar la calidad de vida de más de 2,600 familias y generaron 3,754 empleos a nivel nacional.
Proveedor desde 2019
“Yo ya tenía mi empresa constituida y cuando comenzaron a informarme de los requisitos, me gustó mucho lo estricto que son, porque yo también lo soy. Eso me hizo sentir que estaba tratando con gente seria y comprometida con el productor”, recuerda don Gustavo.
El pequeño productor cumplió al pie de la letra los requisitos y en 15 días ya tenía su código abierto como proveedor de Walmart. En 2019 inició con una entrega de 800 piñas por semana, cuota que se incrementó rápidamente por la calidad y demanda de su producto.
Recuerda con orgullo que los expertos se mostraban sorprendidos con sus técnicas agrícolas, entre ellas, la protección de cada fruto durante el crecimiento para protegerla del sol, especialmente durante la temporada veraniega. Su compromiso con la agricultura sostenible y responsable tuvo recompensas porque Walmart incrementó las cuotas, al grado de solicitarle más de 10,000 frutos por semana.
En la actualidad, don Gustavo genera seis empleos permanentes y durante el tiempo de cosecha contrata a 20 personas, hombres y mujeres. Con las ganancias obtenidas desde 2019, le dio de baja a su viejo pick up y en su lugar compró un camión que le permite transportar más productos en condiciones seguras al centro de distribución de San Pedro Sula.
Walmart, un mercado seguro con precios justos
Desde su ingreso a Walmart, asegura que su empresa ha crecido un 70%. “Soy un agradecido de la vida, un agradecido con la tierra que me ha permitido lograr tantas cosas y soy un agradecido con Walmart porque es una empresa que te paga un precio justo y te hace sentir valorado como productor y persona”.
Actualmente, el 95% de su producción está destinada a Walmart. Además de la piña, su empresa entrega una cuota de 20 mil libras de camote por semana.
Su trabajo, además de brindar el añorado sustento de su familia, le permite pagar los estudios superiores de dos hijos en universidades privadas quienes, inspirados por su padre, se preparan en las carreras de Agronomía y Alimentos.
Sus cultivos, en dos parcelas de siete manzanas, constantemente son visitadas como objeto de estudio y ejemplo de buenas prácticas agrícolas para estudiantes de diferentes institutos, universidades y organizaciones nacionales e internacionales.
El productor afirma que sus productos se diferencian del resto por el cuidado que les da desde la germinación de la semilla, la siembra y por permitirle a la fruta que se desarrolle en su proceso natural y que adquiera los sabores de la tierra.
“Los que sembramos la tierra somos hombres de fe porque cultivamos esperando obtener el mejor producto y encontrar una empresa como Walmart que te paga un precio justo, es la mejor recompensa”, apunta.
Y como los sueños no se detienen, don Gustavo se ha propuesto ser dueño de las tierras que cultiva para producir dátiles, maracuyá, camote, plátano y por supuesto su jugosa, dulce y exquisita piña calidad de exportación.