La organización Internacional del Trabajo, OIT, estima que alrededor de 60% de los trabajadores actualmente empleados en América Latina y el Caribe se encuentran expuestos a posibles pérdidas de empleo, de horas trabajadas y de ingresos.
La tasa promedio de desempleo en la región podría escalar de 8.1% a fines de 2019, hasta 13% en 2020, dependiendo de que la situación no siga empeorando.
Según la OIT, el coronavirus llevó a un récord de 41 millones de personas sin empleo en América Latina y el Caribe, provocando “una crisis económica y social sin precedentes”. En enero, la cifra era de 25 millones de personas sin trabajo.
El descenso en horas de trabajo es de 20%, equivalente a unos 55 millones de empleos de tiempo completo en una semana laboral de 40 horas en promedio, y de 47 millones de empleos en semanas de 48 horas de trabajo promedio.
Los números globales para la región son, tal vez más impactantes, por las consecuencias de largo plazo que puede acarrear este deterioro al que, hasta el momento, no se le ve un final.
Según la OIT, la crisis aumentará “las brechas laborales y sociales que caracterizan a la región”, en especial para las mujeres.
“Una porción significativa de las salidas de la fuerza de trabajo son experimentadas por mujeres, que ya exhibían menores niveles de participación económica, situación que puede agravarse aún más. La mayor demanda de tareas de cuidado en esta coyuntura agrega una complejidad para el retorno de las mujeres al mercado de trabajo, especialmente aquellas con menores calificaciones y escolaridad”, enfatizó Fabio Bertranou, director de la oficina de la OIT para el Cono Sur y coordinador del informe.
“El retorno al trabajo a medida que se va relajando el confinamiento debería considerar la problemática particular de los hogares con niños y niñas, que no retornan con igual velocidad a la escuela y, por ende, las dificultades que genera en materia de cuidados. La pandemia también está produciendo una crisis en los sistemas formales e informales de cuidado”, concluyó.
Las opciones de la OIT
Ante el impacto la OIT propone una estrategia de cuatro pilares, que incluye estímulos a la economía con política fiscal y monetaria activa y flexible; y apoyo a las empresas y empleos extendiendo la protección social, incentivando el mantenimiento de los empleos, con ayudas y alivios fiscales a las compañías.
Otros pilares son la protección sanitaria en los lugares de trabajo y la búsqueda de soluciones mediante el diálogo social entre autoridades, sindicatos, gremios empresariales e instituciones laborales.