Con alrededor del 30% de la cartera crediticia financiera en suspensión por la crisis del coronavirus (Mecanismo de Alivio), la suspensión o despido de trabajadores del sector privado, ponen en riesgo al sistema financiero.
Según la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), más de 600.000 clientes financieros se han acogido al mecanismo de alivio de crédito, por tres meses, y representan una cartera de más de 125.000 millones de lempiras.
Sin embargo, la Secretaría del Trabaja confirma la suspensión de labores de unos 150.000 trabajadores, el Cohep más de 71.000 y tanto el Gobierno como la empresa privada estiman que la cifra podría superar los 450.000.
Hugo Noé Pino, expresidente del Banco Central de Honduras (BCH), es de la opinión que el alivio de pagos podría convertirse en un problema si se confirman y aumentan los despidos o se amplía la prórroga de pagos (vence el 30 de junio).
“El objetivo de esta medida es que las diferentes sectores de la población muchos de ellos los cuales en algunos casos han sido despedidos, en el caso de las empresas no están operando, tengan capacidad realmente adquisitiva y puedan continuar en el mercado”, recordó.
En consenso con el sistema financiero se aprobó la medida para los meses de abril, mayo y junio, en espera de una reactivación gradual de la económica del país.
Sin embargo, advierte, si las personas pierden el empleo tendrán problemas para hacer frente a sus obligaciones con bancos, financieras y otras instituciones.
El Mecanismo de Alivio incluye a asalariados y dueños de pequeños negocios, que según el Cohep, han empezado a cerrar sus negocios.
Para el ex presidente del Colegio de Economistas, Julio Raudales, las prórrogas en los créditos deben ser temporales ya que permiten un alivio, pero “al mismo tiempo podría poner en precario la estabilidad del sistema financiero en el país. Habría que hacer un análisis muy exhaustivo del asunto ya que, evidentemente los costos sociales de una decisión de este tipo podría ser más elevados que los beneficios”.