Moody’s mantendría notas de riesgo de El Salvador, pero con debilidad fiscal

El Ministerio de Hacienda en el centro de las dudas de Moody's

La agencia calificadora de riesgo Moody’s señaló que finalizó la revisión periódica que hace de El Salvador como emisor de deuda soberana. Aunque no revela señales o previsiones sobre una degradación de la perspectiva o nota del país que es B3, si advierte sobre la situación fiscal y política.

B3 (B es considerada especulativa y sujeta a un riesgo crediticio alto y el 3 implica que se ubica en el rango inferior de esa categoría)

Para Moody’s el perfil crediticio de El Salvador es el reflejo de “una economía dependiente de las remesas y las exportaciones de bajo valor agregado a los Estados Unidos, una economía pequeña con bajas tasas de crecimiento del PIB”.

Asimismo señala que refleja un debilitamiento de los resultados fiscales, “una política arriesgada entre el poder ejecutivo y legislativo, con desafíos legales y de seguridad”.

La calificadora también detalla que la elevada deuda del gobierno junto a la alta carga de intereses por el servicio de la misma, han sido más presionadas por el impacto del covid-19.

Los datos más recientes publicados por el Ministerio de Hacienda señalan que la deuda hasta octubre ya representaba un 86% del PIB, llegando a los $21,725.9 millones.

El economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Ricardo Castaneda, agrega que El Salvador, es el país en Centroamérica donde más se incrementó deuda en el marco de la pandemia y “adicionalmente pareciera que no se está terminando de dimensionar el problema fiscal, pues no se está siquiera en diálogo sobre cuáles son las medidas que se deben de adoptar”.

Esa falta de diálogo, que también menciona Moody’s, con el tira y encoje del ejecutivo y el Legislativo, provoca el perfil de riesgo del país sea mayor y genere incertidumbre.

“En términos de certidumbre, lo que se está observando, es una mayor tensión y polarización que complejiza… la situación fiscal”, detalla Castaneda.

Para Moody’s la calificación de B se vuelve “susceptible” al riesgo de liquidez, altas necesidades de endeudamiento y las condiciones de financiamiento cada vez más estrictas y limitadas.

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